El mercado automovilístico español se encuentra ahora mismo en un momento dulce, ya que se están adelantando compras ante las amenazas del fin del Plan 2000E y la subida del IVA, lo que está haciendo ascender las ventas desde el sótano en el que cayeron en los dos últimos años.
Algunos ya vemos los negros nubarrones que se avecinan para la seguna mitad del año, pero en vez de especular (en el sentido de intentar adivinar el futuro, no en el de jugar con los precios) me limitaré a glosar lo que está ocurriendo ahora mismo en el mercado alemán, donde las ayudas a la compra desaparecieron a primeros año.
Los concesionarios alemanes son conscientes de que les espera una verdadera travesía del desierto que se prolongará más allá de este año. Pero a la caída de las ventas se une, según un estudio del instituto FAW (Forschungsstelle für Automobilwirtschaft, y nada que ver con el fabricante chino homónimo) especializado en la industria del automóvil, otra caída que puede agravar aún más la situación: una disminución en la confianza en los fabricantes a los que representan y que, por cierto, lleva varios años en niveles mínimos.
Muchos concesionarios sospechan que tendrán que cargar, ellos solos, con los problemas derivados de la disminución de las ventas, soportando la presión de los fabricantes por aumentar su cuota de mercado, ya que siguen manteniendo su exceso de capacidad de producción. Obligados por las marcas, tienen que seguir comprando un elevado número de coches, que solo consiguen vender al cliente final mediante suculentos descuentos.
Huelga decir que el gran beneficiado es el cliente (como tiene que ser en un mercado libre) pero, a tenor de las quejas de los agentes de ventas, parece ser que el sacrificio correrá, casi en su totalidad, a cargo de las empresas concesionarias mientras los fabricantes, y sus accionistas, seguirán buscando, a toda costa, los máximos beneficios posibles.
Los mayores desencuentros se están produciendo en la red de ventas de Mazda, donde se cuestionan especialmente las dificultades de comunicación a la hora de solucionar conflictos. Tampoco salen bien parados Renault y Saab.
En el otro extremo, la marca que mejores relaciones mantiene con su red de ventas, siguiendo la tónica de años anteriores, es la japonesa Subaru. Una marca que parece estar creando escuela, ya que en los últimos años suele figurar en los primeros lugares en cualquier estudio de calidad y satisfacción de clientes que se publica.
Sorprendentemente, otra de las marcas mejor valorada por sus distribuidores es Opel, a pesar de su incierto futuro. Ocupa el 5º puesto de las 19 marcas estudiadas, por delante de Mercedes-Benz. Otra de las marcas mejor valoradas por sus agentes de ventas es Hyundai, ocupando el tercer puesto.
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