El urbanismo de las "smart cities" debe tener como unidad de medida al ciudadano y abandonar el "patrón coche" sobre el que se construyeron y rediseñaron las grandes urbes del siglo XX y que, advierten varios expertos reunidos estos días en Barcelona, aún impera en planeamientos de muchas nuevas ciudades.
El presidente de la Sociedad internacional de planificadores y urbanistas (ISOCARP), el arquitecto mexicano Ismael Fernández Mejía, ha reclamado un cambio urgente de paradigma, para que el "urbanita" ocupe el lugar central que durante décadas ha ostentado el coche en la cumbre de la pirámide de prioridades del planeamiento urbano.
En una sesión dedicada al urbanismo celebrada en el marco de la segunda jornada del Smart City Expo & World Congress, que se celebra estos días en la capital catalana, Mejía ha alertado de que las administraciones de muchas ciudades sólo se plantean solucionar los problemas actuales y no piensan en lo que se les viene encima en unas décadas.
Este arquitecto mexicano se pregunta cómo se puede hablar de "ciudades inteligentes" cuando en muchos países de Asia y Latinoamérica hay megaciudades que siguen creciendo sin orden.
"Hay que modificar la manera en la que se planifica, y sobre todo la forma de pensar de los gobiernos", ha remarcado Mejía a la vez que mostraba a la audiencia una serie de diapositivas de recientes zonas residenciales levantadas en suburbios basados en centenares de casas adosadas simétricas dependientes al cien por cien del coche.
El responsable del Center of Bits and Atoms del MIT, Neil Gershenfeld -incluido en la lista de los 50 nombres más importantes en el ámbito de la ciencia y la tecnología- ha defendido un urbanismo basado en un nuevo tipo ciudad productiva, en el que se apliquen conceptos de biología a la ingeniería, donde los materiales dispondrán de sus propios códigos "genéticos" para que estas piezas puedan reutilizarse en diferentes aplicaciones y no se conviertan en residuos inservibles.
Gershenfeld se ha referido al proyecto "fab labs" unas microfábricas que se basan en un proceso de producción digital a pequeña escala que pueda implantarse en la trama de ciudades ya consolidadas y producir a nivel local, según demanda.
El representante del MIT ha indicado que esta nueva revolución industrial-digital no tiene límites ya que igual puede construir una casa -como la FabLabHouse un edificio creado por el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña en su taller- que diseñar y producir ropa, muebles...
Menos filosófico ha sido el subsecretario de planeamiento de Buenos Aires, Héctor Lostri, quien ha explicado que de cara al ya no tan lejano 2060, la capital argentina ha ideado un modelo de "ciudad deseada" en el que esta urbe, en cuya área viven actualmente 12 millones de personas, se enfrenta al reto de levantar una "estructura verde" aprovechando los tejados de nuevas construcciones y de otras ya existentes para reducir los efectos del CO2.
El Smart City Expo & World Congress, que se celebra en la capital catalana hasta el viernes, es una cumbre sectorial, que reúne a más de 300 ponentes y 600 expertos y profesionales de empresas e instituciones y en donde se presentas proyectos y experiencias para hacer de la ciudades lugares más sostenibles. EFE
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