Las declaraciones de Inma Mayol – la quinta teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona – han causado una verdadera tormenta mediática. Ayer mismo, en una rueda de prensa, presentaba el “Plan de energía, cambio climático y calidad del aire 2011-2020”, y comentaba que se estaba estudiando prohibir la circulación de los vehículos más contaminantes. Serían los vehículos de más de 10 años, aquellos que más partículas en suspensión PM10 y óxidos de nitrógeno emiten.
No se explicitaba, pero esto afectaría principalmente a los vehículos diésel de una cierta antigüedad. El Edil de Movilidad de Barcelona – Francesc Narváez – ha desmentido que el Ayuntamiento esté pensando en aplicar una medida así. En su opinión, y contradiciendo a Mayol, cree que es un asunto de Estado y que se debería armonizar a nivel estatal. ¿Qué pasaría si un coche “contaminante” visita Barcelona? Y sobre la contaminación, no creo que sea el criterio más adecuado fijar diez años como tope.
Tomad como ejemplo el primer Toyota Prius, que se empezó a comercializar en 1999. Es uno de los coches más limpios y aún hoy se consideraría de lo más respetuoso con el medio ambiente. Pues no podría entrar en Barcelona, al igual que tampoco lo podría hacer el dueño de un pesado Renault 25 con motor diésel atmosférico. Tampoco se ha explicitado que quiere decir “limitar la circulación” de coches con más de 10 años. ¿Dar de baja? ¿Impedir su acceso al centro? Hay muchas incógnitas.
Narváez está a favor de controlar las emisiones contaminantes de los vehículos, pero considera que debería hacerse por parte de las ITV y a nivel estatal. En sus palabras: “la antigüedad no puede ser el baremo para determinar qué vehículos son más o menos contaminantes, ya que hay coches con más años cuyo grado de contaminación puede ser menor que otros más modernos y que por ejemplo hayan sido manipulados o estén en mal estado de mantenimiento”.
Añade que debe haber un respaldo técnico para las emisiones de cada coche, y que se debería impulsar una suerte de Plan E-Renove que busque sacar de la carretera a los vehículos más contaminantes, con un buen incentivo para la compra de un vehículo más respetuoso con el medio ambiente. El Plan de Energía para Barceloan busca reducir con respecto a 2008 un 9% el consumo energético de la ciudad, un 16% los gases de efecto invernadero, un 25% del NO2 y un 41% de las partículas PM10.
De esta manera se evitarían las fuertes llamadas de atención por parte de la UE, aunque menores que las recibidas por Madrid a primeros de este 2011, que acumuló niveles de contaminación atmosférica peligrosos para la salud de las personas y animales. Terminamos con una reflexión que ha hecho mi compañero Fran sobre el Impuesto de Matriculación, un arma de doble filo al incentivar los vehículos diésel, que aún emitiendo menos CO2, emiten muchos óxidos de nitrógeno.
Fuente: La Vanguardia
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