Corría la primavera de 1964, y en Chicago, la profesora de primaria Gail Brown buscaba coche nuevo. Sólo tenía 22 años, y había visto como muchos americanos la publicidad del nuevo Mustang. El 15 de abril de 1964 acudió a su concesionario Ford, pagando un 1964/5 Ford Mustang Convertible con la ayuda de sus padres y los 400$ que le dieron por un antiguo Chevrolet de 1958. De alguna manera, Brown se hizo con un Mustang dos días antes de su fecha oficial de venta – posiblemente por un error del concesionario – convirtiéndose en la primera propietaria privada del pony-car.
En su momento era un coche de color azul claro (Skylight Blue), y estaba equipado con caja de cambios automática. Su motor era el V8 de acceso, el 261 c.i. V8 - 4.2 V8 - de 164 CV. El precioso descapotable acaparaba todas las miradas en la escuela primaria donde Gail Brown trabajaba. El conserje de la escuela solía decir que si le hubieran dado un centavo por cada mirada que recibía el Mustang podría haberse retirado. Brown se casó en 1966 con un marinero llamado Tom Wise y se mudaron a los suburbios. El Mustang fue su coche de diario hasta bien entrados los 70.
Más de una década de inviernos en Chicago – con su correspondiente sobredosis de sal e inclemencias meterológicas – pasaron factura al pony-car, además del abuso de cuatro niños pequeños. Gail barajó achatarrar el coche, pero su marido prefirió guardarlo en un cobertizotras su casa. Demasiados recuerdos y buenos momentos, podría decirse. En el año 2007 – con tiempo de sobra tras la jubilación – Tom desenterró el Mustang de su hibernación, con el propósito de restaurarlo al completo y devolverlo a su gloria original.
El proceso duró la friolera de tres años, en los que fue necesario dejar el coche en su chasis y comenzar desde cero la restauración a causa del óxido. Se pintó el coche en su color original y se devolvió la mecánica a su estado original. Fue necesario prácticamente construir el habitáculo de nuevo. No obstante, en 2010 – 46 años después de su compra – el Mustang renació de sus cenizas. La pareja está muy orgullosa de su vehículo clásico, que además dispone de los papeles que prueban su gran relevancia histórica.
Los Wise son habituales de concentraciones de clásicos, en las que sorprenden al público con su Mustang azul. La tentación de vender el cascarón oxidado del Mustang durante sus años de oscuridad ha debido ser grande, pero opino que han hecho lo adecuado conservando el coche como proyecto de jubilación. Una máquina valiosísima de la que la familia no se quiere desprender a ninguna costa. Una historia entrañable para una fría tarde de noviembre. De verdad nos llena de alegría ver este cariño por los coches clásicos.
Via: Diariomotor.com Por Sergio Álvarez el 2/11/2013
Via: Diariomotor.com Por Sergio Álvarez el 2/11/2013
Fuente: Jalopnik
En Diariomotor: Tú también puedes disfrutar el kit de prensa del 1964 Ford Mustang
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Categorías: Cabrios, Clásicos, Ford
Etiquetas: Ford Mustang Convertible
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