Con la mitad de paro, el país vecino apenas sufre la crisis inmobiliaria y financiera que padece España
Las empresas lusas aprovechan los bajos precios en España para seleccionar 'gangas' y estudiar su compra
Aunque más de la mitad de la población portuguesa mire todavía hacia España con recelo y animosidad, por lo menos ante la ya vieja idea de una "federación ibérica" que sólo tiene a favor un sector muy minoritario - un 52,6% estaría en contra, frente a un 17% de "indiferentes", según un informe reciente del Centro de Estudios de la Universidad de Salamanca - lo cierto es que cuando Portugal se contempla ante el espejo se ve cada día más y más 'ibérica'. Pasa como sí los vecinos lusos sufrieran de esquizofrenia, con una mitad de anti-castellanismo ancestral y la otra mitad de realidad ibérica. Sin embargo, la población que lleva todas de ganar es la segunda mitad, ante la creciente integración de las dos economías, tanto por los flujos comerciales como por el empuje de los mercados y de las empresas. Y la crisis no hace más que acelerar el movimiento en favor de una integración quizás más equilibrada.
Cuando los vientos del crecimiento y de la prosperidad soplaban con fuerza en España, un gran número de empresas españolas lo tuvieran fácil para lanzarse a la conquista del mercado portugués, hasta el punto de resucitar en el país vecino la imagen de una "invasión española". Sin embargo, ahora pasa todo lo contrario. En la prensa económica lusa, por ejemplo, lo que se lleva más es hablar de las empresas nacionales que se aprovechan de la crisis para crecer en España, principalmente por la vía rápida de la adquisición de empresas españolas que sufren dificultades financieras.
Sólo en las últimas semanas, son varias las operaciones de compra/inversión protagonizadas en España por empresas lusas. Y se mucho se habló de las más importantes, como la adquisición de Cintra Aparcamientos por Emparque (450 millones de euros) y de activos de Gaz Natural en Murcia y en Cantabria por parte de EdP (330 millones), muchas otras, más modestas, ilustran el mismo fenómeno: la "internacionalización" de las empresas lusas siempre empieza por España. Sin embargo, ante un mercado mucho más extenso que el luso, y por ello más caro y más difícil de conquistar, hubo que esperar una coyuntura más favorable, con muchas empresas en venta a precio de saldo.
Eso fue lo que ocurrió con Emparque: hace tres años, muchos antes pues de de descubrir que podría un día merendarse una empresa mucho mayor, como Cintra Aparcamientos, ya había intentado comprar un aparcamiento en Madrid, pero tuvo que renunciar a ello, porque el precio era muy alto. Lo mismo pasó al fabricante luso de tintas y pinturas Barbot: hace unos días se hizo con el 70% del catalán Jallut Pinturas, y según comentan sus responsables, para que ello fuera posible, tuvo de esperar a la recesión española. Y así, cuando decidió finalmente concretar su proyecto, Barbot no tenia una sino varias empresas en punto de mira, optando al final por Jallut Pinturas, situada en Sabadell.
Aunque tampoco esté para tirar cohetes, Portugal "sólo" tiene la mitad de la tasa de paro de España, y sobre todo el tejido empresarial luso no está tan afectado como el español por la crisis inmobiliaria y financiera. Con lo cual, según los expertos, esta es una "oportunidad única" para que las empresas lusas se "internacionalicen" o para que consoliden su presencia en España. Es el caso de Logoplaste (envases) que por 66 millones de euros se hizo hace poco con una fábrica de Capsa en Madrid, y ya cuenta siete en España.
Y lo mismo pasa con Dielmar (textile), que ya realiza en el mercado español el 25% de sus ventas y un tercio de sus exportaciones, y desarrollara en el futuro las colecciones de Antonio Miro, que representaran un 7% de su volumen de negocios. Otras empresas que planean entrar en España, tendrán de esperar: Sogrape, no tuvo suerte en la carrera a la compra de Domecq Bodegas del grupo Pernod Ricard; Sonae MDS (Seguros), confia en adquirir aun este ano una aseguradora española; y Deleme, que fabrica puertas y ventanas en PVC (tiene para ello un acuerdo con el líder galo Tryba), manifiesta la intención de iniciar muy pronto su internacionalización con alguna compra en Galicia.
Uno de los movimientos recientes mas llamativos, es quizás la oleada de adquisiciones lusas en el sector de los concesionarios del automóvil, una de raras actividades donde los grandes grupos del país vecino cuentan a la partida con mejor organización y mayor concentración, frente pues a una atomización excesiva del mercado español. El grupo luso mas "agresivo" es el líder nacional Salvador Caetano, cuya última operación en España fue la compra de Pepcar, al 50/50 con Mapfre. Salvador Caetano prevé alcanzar pronto en España unas ventas anuales de 100.000 coches, frente a solo 20.000 en Portugal, mientras que el actual líder español, Quadis, que opera en un mercado mucho más importante que el portugués, solo vende unas 30.000 unidades al ano.
Lo cierto es que para un número creciente de empresas lusas, el mercado español, es solo un prolongamiento del mercado nacional, auque este sea en términos de riqueza nacional y de población siete veces más pequeño. Es por ello, también, que algunas empresas lusas optan por concentrar sus esfuerzos de internacionalización principalmente en Cataluña y en Madrid, que tienen un PIB superior al de Portugal. "Con o sin crisis, habrá que pensar y actuar cada vez mas en términos de mercado ibérico", recomiendan pues los expertos de los grandes bancos del país vecino, dispuestos pues a financiar la expansión y la consolidación de las empresas lusas en España, y también la suya propia, como es el caso de la Caixa Geral de Depósitos aún controlada por el Estado.
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